Ahora seguramente dormirás.
Y un sistema desconocido alimentará tu respiración y la traerá hasta ti como un pequeño y oscuro manantial de agua.
Así, mirando como el agua vuelve al fondo del pozo es como están pasando los días. A ellos es a quien intento mirar, buscando una imagen que la arena oscura, la tierra, es difícil que devuelva. Pero hay que confiar. De la extenuación al frescor: ese es el verdadero sentido de mis días, escribe Christian Bobin.
El Andantino de la sonata para piano No.20, D.959 de Schubert sigue siendo una música inolvidable, como una voz a la que uno quiere volver, sobre todo cuando hay que regresar.
Sí, todo será despacio. La voz y el agua, sobre todo.
Porque ahora, frente a la mirada, delante del cuerpo desnudo, hay un sistema solar de cosas inexplicables (esas son las palabras de Pia Tafdrup).
Así vive el pozo que tú cavaste.